Que melodía tan dulce se oye
parece un ave que vuela del cielo,
brota un suspiro en el alma que sueña
y su fragancia se esparce muy tenue.
Como estremece cual luz que traspasa,
en el ensueño de tiempos remotos,
el sol hechiza a las nubes de pronto
y hace celeste a la nieve en el centro.
Una ilusión que renace en baladas,
es la ternura de flores de seda,
en sus sonidos se siente su esencia
y un pensamiento se aleja silente.
Lupercio de Providencia