Pasajero en tren de horas
pesadas manecillas de marcha detenida,
el reloj pauso con el tiempo su agotado recorrido,
salió en búsqueda de la eternidad
miro sus segundos entre horas errantes que nunca arribaron
vuelo de pájaros fantasmas anidados en eternos letargos.
En la cuerda del tiempo colgamos los pañuelos de las despedidas,
Los restos los dejaremos en los cenizales por los siglos y entre los siglos.
Entre sus engranes hay restos de juventud,
ha venido a visitarme lo que no vera la luz,
ese tiempo que eternamente reposa en horas baldías,
agotado a lado de los caminos
grito de horas sin recordaciones
que habitan el vacío.
Amortajados en una mortal llovizna de tiempos sin tiempo
soñaremos sueños clavados en la pared
entre la multitud de segundos sin miradas,
cuantas horas ciegas
mirando espejos que tocan la memoria.
las horas dieron forma a la historia
estuvieron acostumbradas a desovar en la cima de los cuerpos
hablan de la belleza de la existencia hallada en el sin sentido y la sin razón.