El tiempo levantó velas de fatalidades
al echar un vistazo desalumbrado.
El soplo lanzó el rencor
aderezado su semblante
con melodía.
Vertiginosa partida.
Incomprensible pesadilla
precursor de mi expresión
el cosmos está desencajado
y hay cerraduras selladas en las puertas.
No huyas del olvido que no llega
Guardo voces de pánico pero no lamentos.
Noche, te incumbo la lividez del rostro.
La silueta al trasluz.
Y el camino.
Y hasta mi pena.
No huyas del olvido…
Amalia Lateano