Me siento cual vampiro, tan triste y taciturno
que vuela silencioso buscando el blanco cuello,
que de un cisne dariano con su hermoso destello,
es la gran tentación, a su deseo nocturno.
Penetrarte quisiera mis colmillos ansiosos
con virales pasiones de lujuria sedienta,
de tus cálidas mamas con su miel suculenta
embriagarme en sus copas con sus vinos gustosos
En olímpica orgía convertirte en mi fuente,
exprimir de tu cuerpo su magnífica esencia;
y cubrirte del fuego que nos da complacencia
y por siempre entregarte la pasión mas hirviente.
Al sentir tus orgasmos y sus lavas ardientes
que fecundan mi lecho con suspiro supremo,
extasiado quedarme con delirio blasfemo
recorriendo tus formas con mis manos calientes.
En el lapsus del sueño del deseo saciado
y sintiendo la dicha de tener tus encantos,
abrazarme a tus formas, y olvidar mis quebrantos
esperando alborada con su cielo estrellado.
En eternos banquetes de eminente delirio
viviremos la gloria del idilio vampírico,
y perdido en la nube con fulgor tan onírico
aspirar de tu aliento su perfume de lirio.
Autor: Aníbal Rodriguez.