De tan incierto el futuro
jamás en sus manos
habremos de dejar el día de hoy;
no hay nada en el siguiente minuto
como nada, en el que acaba de pasar.
La rueda deja huella solo cuando pisa
cuando está frenada es una cosa más
una cosa más sin utilidad ni nombre;
sólo los sueños saben moverse
para trascender lo no vivido
¡Ah! ¡Los sueños!
¡Ser pigmento del lienzo de la
obra terminada!
Del cántaro lleno, el fin de la sed.
Ser el pavimento que recorre
de principio a fin la vida,
el abanico que aplaca el calor de la tierra,
las coordenadas que dejan por fuera
al purgatorio.
Todo eso ser en el siguiente minuto
con sólo la certeza de este instante
de los sueños que insisten y se apasionan
de la vida que asume el aire
que se mueve y se levanta
a merced, sólo
de las propias manos.