Amor mío no te quiero pedir nada, pero
si por azares del destino los ojos te brillan
un poco más está tarde o las palabras de tu boca
se tornan dulces al salir como ondas.
Sería algo verdaderamente bello.
No quisiera suplicar que te enfoques, pero sí de repente
caes en un charco de atención, podrías notar
como combine el color de mis párpados
con el de mi vestido o los zapatos. Para hacerlo más especial.
Quizás amor, no debería de esperar
que captes la fragancia que llevo encima
o la dirección de mi cabello en el peinado que me a costado tanto.
Si te pidiera que me recordarás el cariño que me tienes,
entonces habré olvidado cuanto te quiero yo a ti.
Por eso es tan importantes que sepas el gusto que tengo
por los lunares que llevas
cada tanteo de centímetros cuadrados en la piel y
lo feliz que me hace tu risa brava y tus ojos ciegos.
Amor mío no te quiero pedir todo, simplemente te recuerdo
regar aquel retoño que una vez sembramos.