Apoyadas las sillas contra el muro,
sujetando los enfermos.
Sollozos de heridos.
silencios y nubes pasan
como barcos.
Una voz rompe la noche
empujándola contra el muro.
“Habéis intentado asaltar los cielos,
calzados con herraduras los pies.
Y antes de hacerlo
famélica legión
ya sois huestes vencidas
por el mismo Caín.
Un viento nocturno
en esta fría noche de muro
Os empuja a una derrota segura,
llena de sombras que llama nuestro muro.
Por Dios,
abrir la puerta.
Pasar sin miedo.
Si no podemos asaltar el cielo,
apuntalemos el techo.
Está cayendo sobre nuestras cabezas,
donde vaga nuestras cautiva astronomía.
Ese es el horizonte que tenemos,
en espera de nuestro caudillo libertador.
Levantemos los puntales
bajo las vigas destruidas.
Llega la tormenta.
Compañeros,
os veo afligidos por vuestro aspecto.
No os miréis en los espejos.
Se quebró nuestra imagen.
Tan horrendo es nuestro aspecto.
! En que nos hemos convertido!
Mirad a estos maltrechos habitantes del muro.
Condes de Egipto,
sultanes de Valencia.
Abrazados a sus capas
saltan desde las azoteas
cuando antes trepaban a ellas.
Fuera de los muros
nos informan nuestro pensadores
que están los wonderland acampados ,
junto al poblado íbero.
Debemos reforzar el muro
prepararnos para el asalto.
Se divisan las hogueras de la benemérita,
ondean las banderas de la cruz roja
y campan a su anchas los servicios sociales.
El ariete socialista
ha sido forzado por todas las fuerzas reaccionarias y conservadoras fascistas.
Leña al fuego camaradas.
Gritan nuestros yunques
canciones solemnes llenas de dignidad.
Aquí en la ciudad de los gitanos
nos preparamos para el asalto.
Angelillo Uixó.