Como si no le importara nada
allí está Juana mi adorada.
Oliendo azares,
disfrutando brisas matinales.
Sentadita sobre mí
enseñas a dejar el frenesí,
para volver a la tierra
sin más vuelta.
Los hijos nos enseñan,
los nietos nos reviven.
hasta parezco más pibe
cuando disfruto de ella.
Juana,
flor innata
de jardines
multicolores.
Aprecias los aromas
y reivindicas lo cotidiano
Contigo de la mano
se hace mágico lo mundano.
Juana,
estaría toda la mañana
dedicándote odas,
pero recrear tu bendición
toda una vida no alcanza.