Carlitos pasó el domingo en el parque de atracciones,
se fué con sus padres y 2 amigos del cole.
Volvieron a casa muy contentos
porque habían disfrutado mucho
en las atracciones del parque.
Montaron en la noria
que giraba y daba vueltas y vueltas,
cuando llegaron arriba del todo
Carlitos exclama: papá se ven las personas más pequeñas que mi dedo,
veo una vista panorámica de parte de Madrid
y cuando miro abajo ¡Qué vértigo!
Luego subieron a la montaña rusa
y el cochecito se deslizaba entre railes de muchas formas,
subía, bajaba, volteaba unas veces más despacio
otras veces tan rápido que los niños gritaban de emoción.
¡Uy,uy,uy,oh,oh,oh!
¡Qué emocionante!
Las barquitas de los rápidos les entusiamó,
la barca subía, baja y volteaba por los túneles
y un chaparrón de agua les mojó a los cinco,
quedaron totalmente empapados y dijeron:
ahora nos tenemos que cambiar de ropa
porque estamos supermojados.
Se cambiaron de ropa y subieron al tren del terror.
Se metieron en un vagón y veían monstruos,
esqueletos, serpientes
y les abrazó a los niños un monstruo como Frankestein :
Uah, uah, uah que miedo nos da el monstruo.
Se fueron a los coches de choque,
los niños no sabían conducirlo,
no manejaban bien ni los frenos ni el acelerador
y venga recibir golpes por el choque de otros coches
por un lado y por otro
y Carlitos veía a su padre y le decía:
papá que nos atropellan los coches de choque.
Al bajarse le dijeron los 3 niños a Rubén que es el padre de Carlitos:
¡Qué día tan divertido y emocionante, volveremos!
Rubén les prometió volver con ellos.