Aquellas mariposas que sentía al pensarte,
al escucharte o al saber de ti, han muerto
y ahora ya no quedan ni sus restos,
todo se ha ido, ya no queda nada más para ti.
Las flores marchitan al escuchar tu nombre,
los pájaros dejan de cantar
y el cielo se vuelve gris cuando te ve pasar.
Los poetas caminan tristes por la calle
al enterarse de que tú has cambiado el sentido a la poesía,
al ensuciar tanto la palabra amor.
Solo has dejado tristes versos,
tan amargos como tus últimos besos
las palabras me asfixian,
como lo hacías tú con tus abrazos vacios.
Cuidaste bien de mi corazón por una sola razón,
para después poder disfrutar de partirlo en dos
y no sé cómo no pude haberlo previsto
si en nuestra habitación ya no se sentía el calor,
solo quedaba frio, amargo y funesto frio.
30/01/17