EL TIEMPO CORRE
Como arroyuelo que de gota en gota
se va formando para hacerse río,
así es el tiempo que de rato en rato
nos va llevando al cementerio frío,
La vida pasa; se nos muere el tiempo
y no apreciamos nuestro tiempo ido
porque la estrella que nos da sus rayos
trae igual tiempo que el que se ha perdido.
A cada instante nuestra vida muere,
la juventud nos arrebata infancia;
y aunque ella venga con soberbio aliento
siempre nos borra en el vivir distancia
Allá en la cuna nuestra vida estaba
aprisionada como en un capullo;
pero los labios de la madre buena
la despertaron con su tierno arrullo.
Fuimos creciendo; nuestra vida entonces
se fue tornando de la cuna ausente;
nos quitó el tiempo nuestra amada infancia
para ponernos de la vida enfrente.
Luchando entonces con velado empeño
se fue tornando nuestra vida anciana,
y en el ocaso la existencia, entonces
ya de la tumba se sintio cercana.
Así, consume nuestra vida el tiempo
el hombre nace; en juventud florece;
y luego anciano, sin calor ni aliento;
sobre la ruta del vivir fallece.
Desde la cuna se nos van muriendo
las esperanzas que el dolor anula
y en el ramaje de ilusiones luego
queda la vida para siempre nula.