Cuando yo me muera, no quiero que llores,
ni veles mi cuerpo, ni me traigas flores,
ni me encierres a oscuras en caja de madera,
¡¡Déjame ser libre...después que me muera!!.
Tira mis cenizas a la libertad del viento,
que esparza el polvo de mis sentimientos,
que cada partícula llegue a las almas,
que en vida me dieron su paz y su calma.
De nada sirve, que me llores tanto,
si mis oidos no escucharán tu llanto,
ni mis ojos ciegos verán esas flores,
ni a mis sentidos llegarán olores.
Lo que tienes para darme, dámelo ahora,
que un abrazo amigo mi alma añora,
una palabra de aliento, de sincero cariño,
ese perdón que busco, cual si fuera un niño.
El dia que muera solamente me llevo,
lo que traje al mundo... el resto lo dejo,
en ese momento mis seres queridos,
alcen los ojos y díganme adios.
No me lloren nunca, ni me traigas flores,
que a mi cuerpo inerte no le hacen falta,
que mis cenizas vuelen con el viento,
libre he nacido y libre me quiero ir.