A MI CARPETA DE UNIVERSIDAD
Carpeta azul eléctrico,
compañera de apuntes y guiños,
universitaria de cine,
de lecciones casi sin recreo…,
de esfuerzo,
entre el diario cuerpo a cuerpo
de tu cartón grueso.
Disculpa mi mano en tu cintura
tanto tiempo,
robándole piel a tus caderas,
fotocopias y más papeles
entre tus senos.
Piensa que entre clase y clase
soy la mano que te guía
hacia un mundo ligero,
nuevo,
en que no habrán trágicas gomas
cerrando tus límites
y encorsetando tu cuerpo.
Internet espera,
llegan otros tiempos.
Modera tu orgullo y entiende
que no eres libreta,
ni portadora de un discurso eterno,
sólo estudiante,…,
ni dogma, ni libro, ni folleto.
Cambias casi siempre
orden o desorden interior,
por algo más etéreo:
promesas de trabajo, dinero, fama…
futuros imperfectos.
Pero…
Horarios,
exámenes,
veinte temas nuevos…
Y yo como tu, con mal cuerpo,
delgado, en los huesos,
preguntas sin respuesta,
respuestas sin pregunta…
¡ y como me disperso…!
¡ y el autobús que se va…!
¡ y la Facultad queda lejos…!
Y como por fastidiar , …precisamente ahora
te caes al suelo…
hay humedad,
todo revuelto, aire, viento…
saberes esparcidos y…
¡ mapas al vuelo ! ,
¡ Estadística… , la pillé !,
¡ Las fórmulas primero !
Y tu rígida y engreída desde la acera fría, escrutas mi mirada de dueño, ¿de dueño?...
Pues ya lo hiciste, ésto fué sólo un cuento de otros momentos que ya se fueron y que hoy, por un casual, encontré en ti, mi carpeta, muy adentro.
Eramos más jóvenes y algunos de tiernos los llevabas aún como nuevos.
Y mira, te lo digo tal como lo siento…
Yo seguiré escribiendo encima de tu piel o del séptimo cielo, pues en mi mundo azul, aún caben versos.
Josep Llop.