Tomados de las manos, embelesados huyeron al jardín sombrío, de bellas púas sembrado.
Donde la brisa silbaba una melodía macabra.
Él la tomó por los hombros y la atrajo hacia sí, dominante; su fuerte respiración le rozaba la oreja. Inesperadamente su fuerza la tornó en caricias. Le recorrió los brazos con las manos,
entrelazó los dedos con los suyos y le cubrió las manos con sus palmas.
Ella oyó un suave murmullo, una música profunda como risa: el sonido que él hizo mientras recorría con los labios su cuello desnudo, pareció despertar una nota en su interior, que
convirtió su temblor en resonancia.
Ellos verdaderamente se sintieron enamorados y decidieron casarse. Pero Drácula no sabía que el destino le depararía una Sofía caprichosa y exigente, cual niña rica que era.
En primer lugar le exigió una tarjeta de crédito para sus gatos de Spa, el Estilísta y el diseñador de sus vestidos. Con gran amor se la ofreció ya que poseía una gran fortuna, podría
darle todos sus gustos.
Todas las noches cuando despertaban se abrazaban, se besaban y hacían el amor.
Pero el tiempo pasó y las cosas fueron cambiando. Sofía comenzó a estar más alejada y se escudaba siempre en que se levantaba con dolor de cabeza y lo postergaba. Se levantaba, se arreglaba y partía rauda para el gimnasio para conservar la silueta, decía, debía verse bella, esbelta y jóven siempre.
Luego llegaron las comidas diet, nada de sangre, solo suero, pues, no debían aumentar de peso, no era bueno que lo hicieran, debían dar el ejemplo a los demás vampiros. Ellos eran los gobernantes .
Todas estas cosas confundieron la personalidad del gran Vampíro Mayor, sentía que le había arrebatado su condición. Era ella la que decidía, hacía y deshacía a su antojo. A él, ya nadie lo buscaba, no ejercía sobre sus víctimas la fascinación que lo caracterizó siempre. Cuando se acercaba para saciar su apetito, le decían - Ya vino la divina Sofía, ella es una reina bellísima, nos encanta complacerla -
Compungido, desalentado se sentó frente a la luna y con sanguinolentas lágrimas le dijo -Qué mal he hecho, para vivir desplazado?- La luna con una carcajada diabólica le respondió
- Haberte casado con Sofía y transformarte en un dedicado esposo- Pero, la amo con todas las fuerzas de mi sangre, dime, ¿tiene otro vampiro?- La luna le responde categórica - ¡Nó! La verdadera razón es que te has mostrado demasiado complaciente y enamorado. Si hubieras restringido tantas exigencias seguirías siendo el gran Drácula - Lunita, yo la amo y deseo que formemos una gran familia juntos.- Ja, Ja, Ja, dícelo a ella que logró liberarse de la rigidez de su padre autoritario. Tu le has dado la llave para que abriera todas las puertas que deseara, te has despojado de tus secretos y dominios. Este es el resultado.
- Pero, ¡puedo volver todo para atrás!, cancelaré todas las tarjetas de crédito, borraré del condado los Spa, los salones de belleza y los Gim. Así retornará la normalidad y volveré a se el Conde Drácula.
-Ilusiones te haces, pues, te cuento, ella está embarazada,¿qué puedes hacer? - ¡Oh! Lunita querida ¡me has dado la noticia más esperada y maravillosa, por fin voy a ser papá!
Tengo que mimarla el doble, dándole todos los gustos, para que el niño venga fuerte.-
-Te voy avisando, será niña, otra Sofía pequeña- ¡Ay! amiga no me importa, estoy tan enamorado que tener dos Sofías a mi lado, me hará tan feliz...
- Es inútil- dijo la luna, -Nada te hará cambiar, eres un vampiro domado...
FIN