Esta mañana desperté y di gracias al sol por
brillar para mí… a las flores por hacer mi vista
más placentera. A los árboles por regalarme
el oxígeno que necesito para vivir. A los animalillos
del bosque por endulzar el sonido que llega a mis
oídos con su bello canto. A las nubes, por esas
hermosas siluetas inspiradoras que se dibujan
en lo alto y dan vida a mi imaginación. Al viento,
por la frescura con la que me acaricia y
motiva mi alma. A los tropiezos, por haber hecho
de mí el hombre que ahora soy. A los triunfos,
por enseñarme que cada esfuerzo, tiene su
recompensa. A las cosas sencillas de la vida, pues
hay más gracia en ellas que en la extravagancia
de la riqueza. Al consejo de algún extraño, por
ser más sincero que la envidia de algún conocido.
Al dolor, por recordarme que debo ser precavido.
A la felicidad, por permitirme encontrarla.
Esta mañana desperté, y al contemplar tu diminuta
figura… frágil y delicada, descansando inocentemente,
te di gracias a ti… por haber llegado a mi vida, y hacer
de mis días los más lindos versos en la poesía de la vida…