-¿Dónde se encuentran esos príncipes
azules que tanto de pequeña me hablaron?
¿Dónde están los hombres perfectos
que en mi mente se crearon?- Me dijiste.
Ver el brillar de tus lágrimas derramadas
por la realidad y por el mundo,
frustrada por películas en las
que el príncipe besaba a la mujer
y todos acababan felices.
Déjame explicarte de que ahora no es así.
La mujer, loca por el hombre, llena de amor,
con el corazón en los ojos cada vez que lo ve.
El hombre ahora ni es un principito.
Ahora no tiene apenas sentimientos.
Coge a la mujer, se la folla, y la tira como
si de un trapo se tratase, olvidándose
del daño de la muchacha,
olvidándose de lo tanto que lo amaba.
Y bueno, lo de los finales felices es otra historia.
Lo de: “Y vivieron felices y comieron perdices”
ya tampoco es así.
Ahora sería uno para cada sexo:
Para la mujer sería: “Y vivió con el alma rota, y bebió sus lágrimas mientras reconstruía su corazón”
Para el hombre sería: “Y vivió orgulloso sin apenas conciencia, y la coleccionó como si de un premio se tratase.”