En el limbo de mi vida encontré tu beso amargo, retumbante en mi memoria como el más dulce, cálido y enternecedor que el pecado me ha dado; si tan solo no hubiera sido así, para que mi vida fuera más simple; solo llegaste para descuartizar mi vida, fue tan lento y tan escarnecedor, mordiendo mi alma ni limpia ni negra, para alimentarse de mi debilidad, cuan amargos son mis días sin el antídoto contra mi enemigo, cuanto más cerrare mis ojos para no ver que está en mi mesa… me sentare a llorar para sentir que merezco tan solo una gota de ti.
Yojanna Agudelo
19 de octubre del 2016