Me estrechas en tus brazos
me seducen sutilmente
tus fauces devoràdoras
con besos de fuego
acariciando mi fragìl
y sedienta alma
Se encienden las llamas del averno
calientan mis voluptuosidades
acarreando en el juego
de la pasiòn, sin fin
banada en la lujuria
de tus insanos deseos
clavas la daga,
eyaculas el veneno
por unos instantes
plenos de placer
murmurando un càlido
te amo . . .
y me entrego a ti
y presiento que te amo!
con tu irracionalidad y defectos.
Vejada mi alma
retorsièndose en los èdores
de tu salvaje orgasmo,
solo un instante de ternura
me acurruco en las sedas
de mi lecho, ellas
aùn conservan la tibieza
de tus llamas .