LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

La lluvia clandestina y los silencios

La lluvia clandestina y los silencios

 

 

Como quisiera correr por el barro fresco

sin contratiempos…

Ese que pintó y cubrió caminos

con acuarelas colores tierra

llenas de humedad 

como masa para el pan,

pan centeno

en campesino nido

mientras el tiempo dormía

en el regazo acogedor 

- de la cuna madre.

 

Caían del racimo

los cristales desprendidos

con sonrisa de fiesta

campesina.

Era la lluvia desgranada en migas

desprendidas,

de la gran tortilla de rescoldo

que alimentaba el campo

y despertaba la tierra seca

mientras dormitaba

su tranquila siesta.

 

El agua caída corrió sin voz…

apresurada a esconderse

entre las piedras

y se hundió en el silencio de la tierra.

- Improvisada fiesta a la que no había sido invitada...

 

Deseaba pasar pisando noche

sin luz de luna sin ser vista,

sin hacer ruido,

ni espantar los murciélagos colgados

de las vigas opacas,

ennegrecidas,

semejando racimos de uvas

oscuras ya maduras,

en su refugio sin luz

y troncos muertos.

 

Quietos, taciturnos

siempre en silencio

hoy no volaron

- la lluvia caía sobre sus lechos...