La lluvia clandestina y los silencios
Como quisiera correr por el barro fresco
sin contratiempos…
Ese que pintó y cubrió caminos
con acuarelas colores tierra
llenas de humedad
como masa para el pan,
pan centeno
en campesino nido
mientras el tiempo dormía
en el regazo acogedor
- de la cuna madre.
Caían del racimo
los cristales desprendidos
con sonrisa de fiesta
campesina.
Era la lluvia desgranada en migas
desprendidas,
de la gran tortilla de rescoldo
que alimentaba el campo
y despertaba la tierra seca
mientras dormitaba
su tranquila siesta.
El agua caída corrió sin voz…
apresurada a esconderse
entre las piedras
y se hundió en el silencio de la tierra.
- Improvisada fiesta a la que no había sido invitada...
Deseaba pasar pisando noche
sin luz de luna sin ser vista,
sin hacer ruido,
ni espantar los murciélagos colgados
de las vigas opacas,
ennegrecidas,
semejando racimos de uvas
oscuras ya maduras,
en su refugio sin luz
y troncos muertos.
Quietos, taciturnos
siempre en silencio
hoy no volaron
- la lluvia caía sobre sus lechos...