Reconocer mis errores me ha dado la oportunidad de crecer y aprender de ellos. El resultado ha sido mayor comprensión y humanidad hacia los otros.
Cuando, por el contrario, no he querido hacerlo, (el orgullo me doblegó) me he convertido en un \"pequeño gran\" tirano, falto de compasión e inhumano, capaz de hacer mucho daño.
Me asombro y maravillo del gran misterio que somos.
Dentro tenemos la posibilidad de construir (el sentido más amplio del término) o de destruir. A nosotros nos queda optar.