Aquí me dejaste a contraluz
de tu sombra sorprendida,
soy uno de tus labios,
una sílaba de tu voz,
un pedazo de nube que
Cruza el cielo….
no me miras,
no me adviertes,
…cae la noche rendida.
No me contaminas de tu
piel encendida,
ni un beso que llegue
en la eternidad,
ni una huella de tiempo,
árbol que llora
distancia,
…acaricio entonces
tu soledad repetida
que no se calla.
Amanecemos
sin palabra,
te doy a la libertad de sangre
y de este dolor mío,
es un deseo insoportable,
una hoja de fuego que no fragua,
un “Te Amo” en el vértice
de la mañana,
y me resigno tres veces
a negarte,
y en la mansedumbre
de tu cuerpo…..
eres dulce apacible
y verso de agua.