¡Rata miserable!! ¡No huyas maldito cobarde!
Así está mejor... Tranquilo. Respira un par de veces mas, arquero, y siente ese placer de mis garras en tu blando cuello...
No morirás... No es ese mi deseo.
Solo quiero que sufras un poco. Quiero que sientas algo parecido a todo el padecimiento que me hiciste pasar por haber puesto esa flecha en mi pecho... Cuando aún era mortal.
Me regalaste momentos tremendos, de sensaciones inexplicables y felicidad plena, que creí iba a durar la eternidad. Pero también de dolor inmensurable. De angustia y sensación de abandono que nunca jamás volví a sentir...
Y ahora... Tus flechas son inservibles en mi inmortal cuerpo, y en lo profundo de mi ser anhelo esos momentos... Incluso he muerto y renacido varias veces, tratando de dejar atrás aquellas sensaciones que pusiste en mi cuerpo mortal... Y todo fue en vano...
¿Arquero? ¿Estás bien? ... Vamos muchacho... Relájate, despierta. No es mi intención lastimarte demasiado...
Sigue volando. Y sigue causando los mismos destrozos y desdichas en los miserables humanos...
No olvides ponerme unas cuantas incautas a disposición para distraer mis aburridos momentos...
Vuela pequeño, vuela... Mientras puedas y mientras sea ese, mi deseo...