magma engaste de frías yedras
que escinden cerebros inmaculados
sílfide incandescente de apodo desleído
que desoye el vértigo que propone
en las fuentes de su cuerpo yacente
la volubilidad de sus ojos
riza las yemas de los dedos
con sexo ululante
antes de salivar un verso
incluso si se calcina
la ilusa pretensión de sutileza
el portento de la santa ebriedad
sumida en una casualidad genocida