I
El cobarde torero
hiere al toro y corre
en pro de la torre
que es su burladero.
jadea y con desespero,
nada ni nadie lo socorre
y eso hace que no ahorre
ni una gota de ser fiero.
la ahora arena carmesì
siente de aquèl roble
lo que deja tras de sì,
la vida -vida noble-
entre gritos de idiotas
sin cordura ni pelotas.
II
Caen miles de flores
para el vil asesino
que entre vìtores
agradece tal desatino.
Cesan del toro sus dolores,
maldito su cruel destino
que guìa a los peores
seres por su fiero camino.
Por ello es disfruto
si uno de los toreados
enhebra a aquel bruto.
Ahì sì corren asustados,
dèjenlo ir, les refuto
como a los astados.
III
Indulto, indulto
para todos aquellos
que dieron destellos
de coraje no sepulto.
Y el que se cree culto
disfruta tales atropellos
a animales tan bellos,
abiertamente los insulto.
Quiero verlo en la arena
luchando en desventaja
a ver si goza la faena
sintiendo còmo raja
el hierro carne y vena
preparando su mortaja.