Soy arriero que camina
con la carga a las espaldas
encontrando mujeres, y cuerpos sin alma
tanta vereda y tanta tierra sin vida.
Mares y ríos campos y nada
flores y huertos y corazones
muchos, solos y muertos
y mi canto resonándo y mi alma
gritando por los vientos
sin amar, sin encontrar razones.
Un mundo muchas ciudades
tanta tierra y yo sin tiempo
con muchos ayéres
y con el alma buscando cielo.
Coincidir de nuevo después de mucha vida
no es por nada, de razón fortuita
es por lo que las almas, aspiran
a encontrarse, a amarse sin prisa.
Que bello es tenerte de nuevo
abrazarte y saber que no es sueño
besar y besar tus labios y cuello
tu alma apretar junto a mi cuerpo.
Amor el saber que ahora me perteneces
el tenerte conmigo, caminar a tu lado
llenarte de besos tenerte mil veces
amarte sin prisa y ser yo amado.
Eso es ahora coincidir por mandato
porque la vida lo exige
que dos seres que nacen para amar
tienen que tenerse sin importar el tiempo.