angelillo201

Laocoonte drones, Aqueos

Canto I.

Argumento.

 

Laocoonte frente las murallas de texas advierte sin mucho éxito a los texanos de que la compra de drones por parte del ayuntamiento de vall d´uixo para vigilar campos y vertederos, no es un regalo para ellos como les cuentan los aqueos. Lejos de hacerlos más ricos, más sabios, más fuertes, lo que harán los drones será vigilarlos y castigarlos.   Seguirá aumentando el abandono en el campo, porque lo que se pretende no es acabar con el robo en el campo, si no los drones pasarían a los grandes supermercados y vigilarían los precios de las grandes superficies, que son los que más roban en el campo, junto las falsas cooperativas agrarias, saqueadas por gerentes sin escrúpulos. Lo que se pretende sembrando el cielo de docenas de drones, es que sepan los ciudadanos que están vigilados y no se manifiesten.

I.

Así reunidos los texanos en el muro muy contentos del regalo del ayuntamiento, laocconte con gomas de goteo enrolladas en su cuello semejantes a negras y vinosas serpientes les advierte a sus vecinos:

 

Nuestra vigilancia no descansa,

unos ojos artificiales,

vuelan fuera de nuestro cuerpo,

introduciéndose en nuestra mente

que se detiene horrorizada al contemplalos dentro de nosotros

deteniendo  a sus aurigas

con vidrios eléctricos en las patas de los caballos.

La muerte está fuera y dentro de nuestro velero,

embistiendo sin velas contra un muro sordo

formado por grandes serpientes marinas

que se enroscan en nuestro cuerpo

cuando estamos insomnes.

vencidos, caemos rendidos

en un circulo de ladrillos trazado,

y al despertar.

Está otra vez la bombilla amarilla colgando del techo del muro.

Parece todo haber sido un sueño.

Hasta que uno ojo artificial de un araña,

cae sobre nuestro ojo

mientras escorpiones metálicos

examinan nuestro cuerpo

por dentro y por fuera”

Tras decir estás aladas palabras

Laocconte fue detenido con aceradas esposas

por unos agentes,

y nunca más se supo de él.

Cuentan que una serpiente gigante lo mató.

 

Angelillo de Uixó.