Quizás ya ni sean las estrellas
lo que brillan.
Quizás sea la esperanza,
brillando por los que se olvidan.
Los que se van y no vuelven.
Un recuerdo que se oscurece.
Por los que ignoramos al principio
y que se lloran al acabar.
Valorados no al inicio,
si no cuando empiezan a faltar.
Que simples somos la verdad.
No nos damos cuenta
que tenemos a los mejores a nuestro lado,
los que se quedan hasta el final.