aspiro a que la luz detenga
el óxido de mi palabra
cuando experimento ceniza en tu seno
las flores locales del insomnio y el silencio
embellecen la arena del desierto
iguana ambigua de inercias melancólicas
piel de agua
un llanto antiguo de edades enloquecidas
que se suceden solitarias
se oculta el eco abrasador de la madrugada
en sus altos labios negros
destila el sepia fotográfico
de un pasado quizás incierto