Qué es eso del amor que tanto se pregona.
¿El amor se nace o se hace?
¿El amor se cuece o se enriquece?
¿El amor es un sentimiento que nace puro, o
que claudica a la necesidad de amparo?
¿Qué amor es mejor, el que se consume
nada más cocinarse o el que se deja reposar
para que su sabor tome cuerpo y sangre?
¿Por qué a veces colgamos la etiqueta del amor
a algo que está más emparentado con el mercadeo
que con el sentimiento?
¿Acaso llamamos amor a todo aquello que nos empuja
a fundirnos con el prójimo aunque nos interese de este
su servicio y no su ser?
¿El amor es posiblemente primo hermano de la ausencia?
¿Quizás el único amor verdadero es el que surge como la
vida misma, por azar, como el presidio que sin causa disfrutamos
en la bóveda materna?
¿El amor es una liberación en sus primeros latidos para después
pasar factura de lo vivido como una vulgar atracción de feria?
¿Es como el pan duro que calentamos al microondas, que al principio
nos ilusiona tierno pero al volver la mirada se redobla la dureza primera?
Por favor, que alguien me lo explique.