En ti tengo puesto mi pensamiento.
No pensaré en mí, que tampoco quiero.
Si lo hiciere, por ti pasa primero;
si viene de ti, llégame el contento.
Mi voluntad hácese fundamento
en la tuya; recíbela por fuero.
En mi auténtico querer soy sincero.
Quiero lo que tú quieres. Lo consiento.
Si alegre vas tú, cuánto yo me alegro;
si tristeza hay en ti,también voy triste;
si alegrarte vuelves, vuelvo alegrarme.
Lindo lo bello, y no es blanco lo negro
como tú deseas, y el alma viste
el efecto que tú quieres mostrarme.
(Salvador)