Frente al sonoro mar,
vuelan mis ojos hacia el horizonte,
más lejos de donde el sol se esconde
el grotesco ritmo de las olas
secuestra mi voluntad,
su eco invade mi memoria
y la tortura hora tras hora.
Al despertar siento que ha sido un sueño
el mar ya no es el mismo
me seduce la danza de gaviotas,
veo como el viento escurre por su delicado cuerpo
y se refrescan en la brisa.
ahora el ritmo de las olas, me sabe a poesía
la playa es abrazada cada siete segundos con pasión
y el sol antes de ser engullido por la sal de sus aguas
se hace melodía de violines
cuando cae la tarde.