josecarlosbalague

FETICHISTA DE LOS PIES

 

                      I

 

Si fetichista de los pies solo es

Gustar ver, tocar, acariciar, lamer,

chupar, besar los pies de una mujer,

si eso es, soy fetichista de los pies.

 

                      I I

 

Tomé sus lindos pies entre mis manos,

desnudos y limpios, recién bañados,

los puse en mi regazo reposados

y los mantuve ahí quietos y ufanos.

 

Siguiendo los antojos de mi mente,

vertí sobre sus pies miel de romero,

los ungí con ella con sumo esmero

y la esparcí, despacio, lentamente.

 

Poseso de un fervor libidinoso,

me lancé a sus pies enfebrecido,

contemplélos absorto, suspendido,

de poseer aquellos pies ansioso.

 

Abrió ella las piernas insinuante;

yo estaba con sus pies obsesionado;

capté la insinuación sin desagrado,

pero lo de sus pies era acuciante.

 

Ansioso de saber cómo sabrían

aquellos pies con miel embadurnados,

me arrimé a ellos, obstinado

en conocer el gusto que tendrían.

 

Con mi lengua asaz libidinosa

los lamisqué, saciando así el antojo,

a la vez que mirándola de reojo

la observé mirándome gozosa.

 

Introduje mi lengua insaciable

entre las comisuras de sus dedos

juguetones y divertidos, ledos;

los lamí con un goce insuperable.

 

Abrió ella los dedos cuanto pudo

para poder chupárselos a gusto;

solo verlos, sensiblemente fausto,

quedéme exangüe, absorto, mudo.

 

Me los metí en la boca uno a uno,

gozando del sabor de carne y miel,

muchísimo más sabroso que un pastel.

¡Que placer alcanzamos de consuno!

 

De todo eso puedo hacer alarde.

Tuve en esa experiencia fascinante

de miel, dedos, lengua, pies y amante

mi primera erección de aquella tarde.

 

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