PERSISTENTE AMOR
No cierres niña tus ojos,
que la claridad del día
depende de los cerrojos
que en tus pestañas tenía.
Ábrele la puerta al Sol
que en el perfil de tu cara
se quede como un crisol.
Me gusta besar tu pecho,
porque beso el corazón
y así al desear tu lecho
culmina mi perdición.
Sí ahí en tu alma acoges
tu poder de dar amor
corre y no me acongojes.
Me ha dicho la bella Aurora
que en la noche la han visto
rondar tu venta a deshora
no es lo que estaba previsto.
Esa guirnalda de flores
que te pones en tu pelo,
es señal de tus amores.
En tu labios carmesí
me puedo volver yo loco
solo de acercarme a ti
aunque sea poquito a poco.
Aquel beso que me diste
a los pies de aquella encina
fue cuando tú me tuviste.
©reservados los derechos de autor
Roberto J. Martín
Febrero 2017