En la taberna, cinco marineros
bebiéndose el tiempo
agarrándose del vaso
mirando la nada
cada uno en su cuerpo
como si fuesen barcos
flotando en la mar.
Cada cual con ese recuerdo
que hace vivir
quizá el deseo, que lo llevará
a zarpar por la madrugada
cuando aún domina la noche.
Seguro piensan en ella
la que en la historia dejaron
apretando los dientes
prometiendo el regreso
en medio de fortunas
más allá del horizonte.
Algunos aún no llevan años
se les nota en la rabia, al beber
otros hablan a ese alcohol sirviente
dueño de su amo, enajenado de realidad
que acoda la vida en la barra
de la taberna
a punto del anochecer.
Yo…, aquí estoy
en una mesa, junto a la ventana
bebiendo lo mío
mirando al resto
como si no fuese uno más
de esos barcos
flotando en la mar.