Mientras duermo en la noche
profunda y azulada de la Libertad,
retoña las hojas estivales
que florece, de repente, en mi gozo.
Un fluido viento en la mañana,
arrulla las estrellas de mis dones.
Al mundo, no le pido nada,
más que las ramas que brindan a mis labios
la plenitud de los frutos maduros de la luz…
Mi regalo es tímido; atraviesa las sombras:
-cógelo o lo perderás.
Mientras,yo,duermo en la noche de la libertad.
Antonia Ceada Acevedo