Eres tú... Teresa
Doctora e insigne dama,
de humilde proceder...
en el diamante victorioso
de las letras,
la vida te traspone
de licencias...
e incendias las lagunas
del espíritu,
de pálidos clamores
deseados...
y extáticas visiones
mayestáticas,
desvelando...
en los arcanos de mi alma,
la presencia
apenas compungida
del Verbo... entronizado
en que se alza,
quien... en sus amores
me cumple de promesas,
por el espejo desmedido
de su gracia.