Muéstrame tu sentimiento por debajo de tu piel,
pués intuyo tu belleza más allá de tu figura
y aunque sean tus contornos pinceladas de hermosura,
quiero ver en tu interior la escultura del cincel.
Si por fuera eres preciosa como ave de color,
presiento que por dentro cautivante es tu luz,
que atrapa, que encadena y glorifica con la cruz,
delicia de tu espíritu, albergue del amor.
Llévame hasta tu alma en una ensoñación,
indícame el camino y guíame a ese sitio,
a tu altar en oración, que por fin y por principio,
allí sucumben la mente, el cuerpo y la razón.
Lo bello de tus ojos con cada amanecer,
la fragancia de tu pelo, la dulzura de tu miel,
más lo hermoso de tu boca y el encanto de tus pies,
no podrían conquistarme sin la esencia de tu ser.
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