Ezer Cohen

ILUSIONES

Todavía enhiesta como columna de éter.

Todavía abanderada,

Se desplaza el alma

Sobre la arrugada piel de sus campos.

La inquietud en sus pliegues,

Zozobra en su manto más interno.

Ella sigue adelante,

Queriendo llenar el último de sus espacios.

Con los aromas de los colores…

No las busques, que no existen.

¡No existen!

Pero los vientos del silencio barren

Las advertencias del tramo más sabio.

¿No existen?

Ahora las persigue dentro de sí misma

¡Aquí están! ¡Ya las tengo!

Desde el negro hasta el puro blanco

Desde el rojo hasta el violado

Aquí están, que ya las tengo.

Ilusiones de encanto.

El reloj de la vida no tiene revés.

No existen.

Sigilosos los últimos caminos,

Recogidos en la nube del pensamiento

La chispa de un insignificante rayo

No alcanza a encender el oscuro sosiego

Que ahora te acompaña.

Pues sólo existen dentro de ti.