LA DISTANCIA EN EL PRESENTE
En la distancia nada queda. Viene hasta el presente. Lágrimas, carcajadas, dolores de enfermedades. Despedidas de seres queridos que no volveremos a ver. Amores acabados, que continúan a lastimar nuestra alma. El olvido no existe. Cuanto más tiempo pasa más vivos quedan.
Intentamos teñir color de rosa lo que es gris oscuro. Buscamos en cosas pequeñas, pasajeras, nuestra sonrisa, que no es igual a la que tuvimos.
Arrepentimientos, muchos, ignorancia inocente, creer que somos queridos.
E cuanto más caminamos para el fin de nuestras vidas, más nos arrepentimos de no haber vivido como si fuéramos lo más importante.
Distraídos a tratar de los otros, a vivir para ellos, a llorar por ellos, al final quedamos solos e sin un agradecimiento. Pelo contrario estorbamos, estamos a más, destrozando una pequeña esperanza de tener un poco de cariño.
En el tiempo que ya no tenemos, buscamos algo, por lo menos, respecto y sinceridad.
Preguntan qué nos pasa, pues estamos de cara cerrada, hipocresía pura pues saben que ellos son los culpables.
El destino de cada uno, tiene un remate igual para todos. Morir. Los infelices que nos engañaran, gozaran el dinero poco o mucho que dejamos o bienes materiales si existen. A ellos le pasará lo mismo. Pero no piensan que así será.
Mi manera de ser, mi sensibilidad me avisa cuando intentan engañarme con abrazos falsos, buenas palabras preocupados con nuestra salud. Ellos no saben, que si estamos atentos en medio de estas cosas podemos leer entre líneas lo que piensan e quieren para nosotros. E no es agradable de todo. Revuelta, tristeza e ganas de venganza surge a nuestro pensamiento. Es humano, si estamos hartos de servir de limpia zapatos.
Ya me sentí golondrina, una estrella mía por la noche en el firmamento, centenares sol poniente entrando en el mar. Alboradas, que en silencio traían el sol de primaveras, veranos, otoños e algunos en inviernos.
Ya tuve mi mar, dulce brillante en mi playa. Ya por momentos me sentí naturaleza, como flores en medio de hierbas.
Hoy nada tengo a no ser mi silencio lleno de voces de antaño. Fotos antiguas, donde era una niña que miraba a mi entorno sin saber que era un teatro.
A quien me hizo sonreír, me dio esperanza, amor, cariño, mi eterna gratitud e que recojan a doblar el bien que me hicieran.
Oporto,17 de febrero de 2017
Carminha Nieves.