Hoy deambulé
por todos los jardines vecinos
buscando la más bella flor,
que fuera la celestina
de mis deseos, pasiones y amor por tí.
Unas muy hermosas,
otras muy elegantes,
aquellas muy discretas,
éstas muy simples
y las de allá, muy coloridas.
En fin, otra vez la cruda realidad:
cada que busco
intermediarios entre tú y yo,
me doy cuenta
que mis deseos, pasiones y amor por tí,
ni se escriben, ni se mensuran.
Se sienten.