Amiga yo era sólo un niño cuando de ti me enamoré,
Y el no habértelo dicho, yo jamás me perdonaré;
Aunque el haberte conocido fue algo increíble,
Yo ya sabía que eras un amor imposible.
Quizás fue timidez o tal vez inseguridad,
Por lo cual nunca pude contigo comenzar una amistad;
Te miraba desde lejos sin poderte confesar,
Que entre mis brazos te hubiera querido abrazar.
De todos aquellos nombres en mi pasado sólo el tuyo puedo recordar,
Pues tu belleza angelical nunca pude yo olvidar;
Estuviste en mi vida sólo un instante,
Cómo iba a saber que muchos años después iba a encontrarte.
La vida nos dio otra oportunidad,
Para que aún en la distancia cultiváramos nuestra amistad;
Compartimos alegrías, también tristezas,
Y algunos de los secretos que a nadie más confiesas.
Aún veo en tus ojos aquella niña de la cual mi corazón se enamoro,
Pues el tiempo nunca su dulzura evaporo;
Pero, hoy el amor que sentimos es muy diferente,
Es el de dos amigos que se llevan siempre en mente.
Sé que hoy piensas que te he olvidado,
Que tu recuerdo de mi mente he borrado;
Pero aunque un capricho de la vida de nuevo nos ha separado,
En mis sueños siempre yo a ti te he encontrado.
Quizás no entiendas el por qué me he alejado,
Dejando atrás todo lo que había amado;
Pero te prometo que pronto he de volver,
A alegrar tus días como lo hice ayer.
Ahora me detengo pues he debido aguantar,
El impulso de decir muchas cosas que he debido ocultar;
Pero quizás me engañe a mí mismo cuando digo creer,
Tener el valor de algún día, dejarte a ti amiga esta carta leer.
V.M.M.