Iñigo Eguskiza

Mártir de la desidia

Se desvanece hoy la causa

que en mi razón acude a marchitar.

¿Vendrás a mi alma arropar

como un anhelo de voluntad ilusa?

 

Destilaron mis ojos la amargura

del eco de mi quebranto,

de una pasión olvidada

ahogada entre tinta y llantos.

 

Mis palabras rotas

en la inmensidad gris

acuden en tu busca.

Llévame contigo,

amiga muda.

 

Devoto soy de tu silencio

y fiel a tu caricia.

Libérame de este hastío

que consume mi alma

en la monotonía del pensar.

 

Como el caer de las hojas,

como Ícaro y su insolencía

me perderé en la inmensidad negra.

 

Como un alma insomne

en busca de su farol

rogarán mis manos amargas

la pérdida de mi pesar.

 

Como el rocío se despide

en albor de las mañanas.

 

Como se pierde la voz

en la vasta soledad.

 

Como un anhelo inquieto

azotado por la desdicha.

 

Como las estrellas

mueren al alba.

 

Me desvaneceré en la oscuridad

y besaré tu fríos labios

para en tu regazo poder descansar.

 

Llévame contigo

oh muerte

sólo a ti deseo amar.

 

 

 

Icarus