Alberto Escobar

Tus ojos, tu sonrisa...

 

 

Tus ojos me dijeron lo contrario.

Me dejé llevar por la magia del 

momento.

¿Quieres que vayamos a otro 

sitio?, me preguntaste.

La respuesta se ahogó en el camino.

Quise solo de ti la envoltura de tu

encanto, ser barquito de papel ante

el impulso de tu sonrisa. 

Invoqué a lo más recóndito de mí para

no morir en el intento.

Me sumergí en una mentira hasta naufragar

en la última orilla. 

Te besé sin saberlo...

Te quise en una urna de cristal. Te fuiste sin ti...

Tu perfume se me hizo sangre, lágrima de pino.