un vestido blanco, era un sueño
que al paso una cola larga, arropára el suelo
la tendida alfombra, dando paso al cortejo
en un tímido cuerpo, luciendo bajo el cielo
con flores frescas, entrelazando el cabello
aquel cándido rostro, cubierto bajo un velo
la entregada mano, esperada con esmero
queriendo compartir, cada instante con su dueño.