Milo T

Campos Cataláunicos

 

Campos cataláunicos o el ocaso  

de un destino imperial sin sombras.

Hidacio, testigo de la historia,

redimió la misiva de Aecio:

 

\"Y era tu dulce sonrisa el cielo

o un disco rojo en el firmamento.

Y tus castaños cabellos al viento,

en un contorno de azul esperanza.

 

\"Y tus ojos verdes premonitorios,

luceros de un navío naufragado,

mar embravecido de tristeza. 

La muerte escandalosa asecha\".