Mi lumbre se extingue en un estrépito,
el silencio despierta algarabía,
desde el abismo llegó la niebla
y es la niebla tristeza mía.
Al mar calmo pido consejo
de paz, de sosiego.
Solo a él que conoce la tormenta
en la inmensidad de sus adentros.
...y bajo la escrutadora luz de un hermoso faro,
en compañía de un fiel astro sincero,
su canto atendió mi ruego
y mas nunca cesó mi fuego.