Provoca para mi boca palabras eternas
que te queden en los dientes,
que se viertan en tu paladar
y duerman a una orilla de tu pecho;
que sean delincuentes de tu corazón,
que dejen margaritas a tus ojos.
Provoca también que te ame,
que te ame con la fuerza de una ola;
certero, hercúleo,
a pedacito,
a cada parpadeo.
Provócame suave.
Quiero balancearme en tu cintura,
entre el helor de tus lirios,
en la cadencia debajo de tu labio.
“Cántame esa canción de Laura pausini”