Las relumbras de mi pueblo
Que se distinguen a lo lejos
Se crean como hados en el cielo
Poblando la montaña de sueños
Llenando el cosmos de recuerdos
Calando de aroma los lamentos
Porque no caben en su seno
Pleno de dulzura y movimiento
Que cabalga en las crines del tiempo
Y va marcando un singular sendero
Orlado de flores y bellos cuentos
Labrando esperanzas y bellos sueños
Consumiéndose en los recuerdos
Presentados como un pálido reflejo
De aquellos mis tiempos viejos
Que reflejaron el crisol del tiempo
Para ofrecerme como espejo
De la vida sus agraciados destellos