Diosa fragante de pasión prendida,
escancias suave, encantador perfume,
al aspirarlo, mi alma se consume
en su divina esencia desprendida.
Quiero beber, de amor el dulce vino,
en sorbos lentos, de tu roja boca
llenando mi alma de quimera loca
al contemplar tu rostro dulce y fino
En ese vientre de pasión henchido
quiero inclinar mi soñadora frente,
cubrirte toda con mi fuego ardiente
y que recibas mi voraz latido
Y con mi sangre, de calor sedienta
entrar al mundo de tu hermoso cielo
en tu capullo descargar mi anhelo
con grandes rayos de feroz tormenta,
Ven a mi mundo; por favor te pido,
deja tu trono, empíreo y grandioso,
y sentirás de amor lo mas glorioso
en suave lecho que será tu nido
En el delirio del amor pagano,
que los mortales con ardor sentimos
vas a saber que culto le rendimos
al grande ensueño del fulgor profano!!
Autor: Aníbal Rodríguez