Moriré esta noche cerca de las llamas de la vida
cuando el laberinto cierre sus caminos infinitos
encontraré el escape al viaje donde se consuma el rumbo.
Fragmentos de hielo rodearan mi frágil cuerpo,
quemando el alma que contiene dentro,
así el ser mío sufrirá la metamorfosis al sentido.
Canciones fúnebres en el cosmos suenan finas,
el silencio se diluye cayendo en un estado líquido
calmando las sensaciones de miedo y grito.
Alma mía al final descansarás de estos mitos,
en el viaje astral las nebulosas danzaran tranquilas
al ver pasar la luz de mi vida fina extinguida.
Moriré esta noche y no habrá bestia que sea capaz
de detener las fracciones de mi desdichado ser
para llevar a cabo la acción en que se esfumara la sangre.
No pienso en los tiempos de la existencia común.
El subsistir del rededor mío no cambia solo sigue
y ahí en esa consumación del todo moriré sin risa.
Moriré esta noche y venceré al mañana.